A medida que pasan las horas y el globo se aproxima a la superficie del océano, los hombres deciden que deben arrojar algo pesado a bordo porque no tienen forma de calentar el aire del globo. A regañadientes, arrojan zapatos, abrigos y armas, y los preocupados viajeros sienten que su globo se eleva.
En la novela de Julio Verne "La isla misteriosa", se habla sobre cinco hombres que se escapan de un campo de prisioneros de una Guerra Civil mediante el robo de un globo. Al elevarse en el aire se dan cuenta que el viento los lleva hacia el océano. Mientras observan cómo la tierra firme desaparece en el horizonte, se preguntan cuánto tiempo logrará permanecer el globo en el aire.
A medida que pasan las horas y el globo se aproxima a la superficie del océano, los hombres deciden que deben arrojar algo pesado a bordo porque no tienen forma de calentar el aire del globo. A regañadientes, arrojan zapatos, abrigos y armas, y los preocupados viajeros sienten que su globo se eleva.
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“¡Se va a la una… a las dos… se fue!” Habían concluido las ofertas y el martillo del subastador se dejó de oír. La oferta ganadora para una mecedora, estimada de inicio entre $3000 y $5000 fue de $ 453 500.
Así había ocurrido durante toda la subasta. Un automóvil usado, valorado entre $ 18 000 y $ 22 000, fue vendido por $ 79 500. Un juego de vasos verdes, tasado en $ 500, se vendió por $38 000. Un collar estimado entre los $500 y $700, fue vendido por $211 500. Por cuatro días consecutivos muchos artículos de valor común y ordinario fueron vendidos por precios exagerados. ¿Por qué? Porque los artículos subastados pertenecían a la herencia de Jacqueline Kennedy Onassis. ¿Cómo estimamos el valor de la cosas? ¿Cómo determinamos lo que es valioso para nosotros? Encontrandose al borde de la muerte, Alejandro Magno (356-323 A.C.) -rey de Macedonia (336-323 A.C.) conquistador del Imperio persa, y uno de los líderes militares mas importantes del mundo antiguo- convoco a sus generales y les comunicó sus tres ultimos deseos:
1.- Que su ataud fuese transportado por los mas eminentes médicos de la época. 2.- Que fueran esparcidos por el camino hasta su tumba los tesoros que había conquistado (plata, oro, piedras preciosas, etc.) No se puede visitar París sin ir a ver la torre Eiffel, toda ella de acero, que construyó el famoso ingeniero Alejandro Gustavo Eiffel, de 1887 a 1889.
Un tiempo Después de inaugurada la torre, llegó a París Tomas Alba Edison, el más célebre de los inventores norteamericanos, (quien había logrado 1,300 patentes para ese momento). Subió a la famosa torre, y se le invitó a escribir unas palabras en el libro de oro de los visitantes. El joven discípulo de un sabio filósofo llegá a casa de éste y le dice:
-Oye, maestro, un amigo tuyo estuvo hablando de ti con malevolencia… -¡Espera! lo interrumpe el filósofo-. ¿Ya has hecho pasar por las tres rejas lo que vas a contarme? -¿Las tres rejas? Un editorial, en el Día de Acción de Gracias, habló de una profesora que pidió a sus alumnos de primer grado que hiciesen un dibujo de alguna cosa por la cual estuviesen agradecidos. Ella pensó que seguramente todos ellos eran hijos de familias pobres no tendrían mucho que agradecer, así que dibujarían platos de comida, o alguna cosa por el estilo. Sin embargo, la profesora quedó sorprendida con el dibujo que hizo uno de sus alumnos… Era una mano, dibujada de forma sencilla e infantil.
Antes de acabar mi día acostumbro hacer una pequeña retroalimentación de las acciones que ocurrieron durante este. Lo empecé a hacer desde que leí la siguiente historia:
Tres personas iban caminando por el bosque. Uno era un sabio con fama de hacer milagros, otro un poderoso terrateniente del lugar y el tercero, que iba detrás de ellos escuchando la conversación, era un joven estudiante, alumno del sabio. Se cuenta que el siglo pasado vivía en la región de Kimberly en Africa una familia muy pobre.
El hombre tenía un rancho, pero la tierra era arenosa y estéril. Los niños, sin dinero con que comprar bolitas, habían aprendido a jugar con piedrecitas que juntaban de la arena del arroyo. Un día pasaba un grupo de hombres y se detuvieron para pedir agua. Cuenta la leyenda que una mujer pobre con un niño en los brazos, pasando delante de una caverna escuchó una voz misteriosa que allá adentro le decía:
Entra y toma todo lo que desees, pero no te olvides de lo principal. Recuerda algo: después que salgas, la puerta se cerrará para siempre. Por lo tanto, aprovecha la oportunidad, pero no te olvides de lo principal… |
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